Hace más de doscientos años, un profesor quizá enfadado por el alboroto que preparaban sus alumnos (los niños siempre han sido niños) les mandó como castigo sumar todos los números del uno al cien.
Creía que con esa tarea, estarían entretenidos, callados y trabajando toda la tarde.
Sin embargo, a los pocos minutos un alumno de los más pequeños se le acercó con la solución correcta, escrita en su pizarrín.
El profesor no salía de su asombro, ¡Como era posible que un niño de tan solo 7 años resolviera tan rápido un problema que a los mayores les costaba horas.
Lo que aquel profesor no sabía era que aquel niño acabaría siendo uno de los matemáticos mas importantes de la historia.
Creía que con esa tarea, estarían entretenidos, callados y trabajando toda la tarde.
Sin embargo, a los pocos minutos un alumno de los más pequeños se le acercó con la solución correcta, escrita en su pizarrín.
El profesor no salía de su asombro, ¡Como era posible que un niño de tan solo 7 años resolviera tan rápido un problema que a los mayores les costaba horas.
Lo que aquel profesor no sabía era que aquel niño acabaría siendo uno de los matemáticos mas importantes de la historia.
Pista 1: Quizá la mejor manera más fácil de resolver este problema sea imaginar todos los números del uno al cien como una gran fila y analizar si existe algún tipo de relación entre los primeros y los últimos.