Érase una vez tres hombre perdidos en el desierto que tuvieron la siguiente conversación:
-¿Traéis quizá algo de comer? Me estoy muriendo de hambre…
-Me quedan tres panes –respondí.
-Yo llevo cinco, dijo a mi lado el Hombre que Calculaba.
-Pues bien, sugirió el jeque, yo tengo solamente uno. Os ruego que juntemos esos panes
y hagamos un reparto equitativo. Cuando llegue a Bagdad prometo
pagar con ocho monedas de oro el pan que coma....
(Juntaron los panes y los repartieron amigablemente entre los tres, finalmente, llegaron a Bagdag y el jeque dijo...)
- Quiero repetiros mi agradecimiento por el gran auxilio que me habéis prestado. Y para cumplir la palabra dada, os pagaré lo que tan generosamente disteis.
Y dirigiéndose al Hombre que Calculaba le dijo:
-Recibirás cinco monedas por los cinco panes.
Y volviéndose a mí, añadió:
-Y tú, ¡Oh, bagdalí!, recibirás tres monedas por los tres panes.
Pero la pregunta es ¿Creéis que esta bien hecho ese reparto? ¿Cómo hubierais repartido vosotros las ocho monedas?